Abeja con su carga de propóleo, dentro de la colmena. © mielarlanza.com
Las abejas utilizan el propóleo de una forma generalizada dentro de la colmena:
Ø Cerrar las grietas que se forman en el interior de la colmena, para evitar las corrientes de aire o el frío, o que se introduzcan o escondan insectos molestos (principalmente hormigas).
Ø Reducir al mínimo la piquera (entrada de la colmena), en épocas de escasez de néctar, para evitar el pillaje de otras abejas o la entrada de enemigos.
Ø Embalsamar los cadáveres de los enemigos que se hayan introducido en la colmena y que las abejas no pueden sacar de ésta, por ser demasiado voluminosos o pesados (Polillas de la cera, pequeños mamíferos, reptiles, mariposas y otros). El propóleo, actúa en estos casos como bactericida. Al recubrir los cadáveres o embalsamarlos, las abejas evitan la descomposición dentro de la colmena de esos animales muertos.
Ø Barnizar el interior de la colmena con fines desinfectantes y antifúngicos. Cuando las abejas recién nacidas salen de sus celdas, las abejas nodrizas barnizan con propóleo la celda de cría, dejándola así en un ambiente estéril para recibir un nuevo huevo de la reina.
Ø Consolidar los paneles en el interior de la colmena, aumentando su resistencia.