En septiembre abundan los mielatos.

La vida en la colmena depende irremediablemente de las lluvias que hayan caído en agosto, si han sido escasas, la colmena  bajará la actividad, preparándose para la invernada. Si las lluvias han sido pródigas, las abejas todavía trabajaran incansablemente, la reina seguirá criando nueva prole, la colonia dispondrá de abejas muy jóvenes y de muchas reservas para pasar el invierno; el futuro de la colonia está asegurado.

La principal fuente de comida en este mes, son los mielatos, que recogen en las encinas; es producida por las abejas a partir de las secreciones dulces de áfidos: pulgones, cochinillas y otros insectos chupadores de savia, normalmente atacan a las bellotas de las encinas y alcornoques. Suele ser menos dulce, de color muy oscuro, se solidifica con dificultad y es la miel que más minerales contiene.

Es el mes donde se recoge casi toda la miel, los días todavía no son muy fríos y se trabaja muy bien con las abejas. El buen apicultor solo recogerá la miel que han producido de más, dejándolas una cantidad aceptable para que puedan pasar el largo invierno sin penuria.

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