Las abejas obtienen la energía para calentarse de la miel.
Una colonia fuerte produce hasta 300 kg. de miel durante toda la temporada de pecoreo, aunque solo una pequeña porción de esta puede encontrarse en los panales en cualquier momento, debido a su rápido consumo y renovación. La miel no es alimento, en su sentido habitual, para el mantenimiento de las funciones corporales de las abejas, sino que es utilizada principalmente para enfriar el nido en verano y para mantener las abejas apiñadas evitando su congelamiento durante el invierno.
Las grandes reservas de miel de una colonia de abejas son por tanto no alimento sino combustible.
Algunos datos relevantes.
– La energía del néctar contenida en el buche melario asciende a 500 julios
– El gasto energético de una pecoreadora asciende a 6,5 julios por km de vuelo. De lo que se deduce que para un vuelo habitual necesitará aproximadamente 10 julios . Por consiguiente traerá 50 veces más energía de vuelta al nido que los gastos requeridos para el vuelo.
– Durante una vida normal, la abeja pecoreadora lleva 50 kjulios de vuelta a su colonia.
– La fuerza de pecorea de una colonia consiste en más de 100000 Individuos durante el verano que llevarán a cabo varios millones de vuelos de pecorea y que llevarán al nido aproximadamente 3 o 4 millones de kj.
– Un mg. de miel contiene 12 julios de energía química procedente de los azúcares.la combustión de un kg de miel produce 12000 kj
– Una abeja usa 65 mj por segundo para conseguir la energía necesaria para que su tórax eleve su temperatura y la mantenga a una temperatura ambiente veraniega de 40°
– Estás abejas” calefactoras” habrán quemado 120 julios obtenidos de los azúcares de su hemolinfa principalmente tras un periodo máximo produciendo calor de 30 minutos.
– Durante el periodo total de desarrollo de la cría las abejas quemaran 2 millones de kjulios, lo que es más de dos tercios de la energía total usada durante el verano.
– La energía para calentar el nido de cría es equivalente a una potencia continua de 20 w . Si las abejas fuesen capaces de canalizar está energía hasta una bombilla podrían perfectamente iluminar su oscuro mundo dentro del nido.
– Otros 2 millones de julios son quemados para calentar el racimo de abejas durante el invierno. El quinto de energía sobrante recogida por las abejas durante el verano proporciona la energía para todas sus otras actividades.