SENEGAL, LA PUERTA DEL ÁFRICA NEGRA.
En todas las guías de viaje, publicidad de tour operadores y agencias de viaje; definen a Senegal como la puerta de África, el Caribe africano, el país hospitalario y abierto. Todos le presentan, como una de las opciones más recomendables para realizar el primer contacto con el África negra.
Y…..después de haber recorrido medio país, empezando por la capital, Dakar, atravesando las gigantescas sabanas hasta llegar a Tambacounda; visitar el Parque Nacional de Niokolo-Koba, atravesado por el río Gambia; llegar a Kedougou en la frontera con Guinea Conakry y visitar durante unos días el País Bassari, puedo afirmar, que no se puede resumir en una frase toda la grandeza de este país. Senegal es sin duda todas esas afirmaciones de las agencias de viajes y mucho más. Es un país para vivirlo, con calma, sin prisas, a la africana, disfrutando sobre todo, de la amabilidad y hospitalidad de sus gentes. Y si dominamos la lengua francesa, que es el idioma con el que consiguen entenderse todos los pueblos y etnias que pueblan Senegal, podremos deleitarnos con charlas inacabables.
CLIMA Y GEOGRAFÍA.
Los meses más lluviosos son julio, agosto y septiembre; prolongándose hasta octubre en la región de Casamance. En el sur, las lluvias son más generosas que en el norte, según nos acercamos a la frontera de Guinea Conakry podemos ver más vegetación tropical.
Las temperaturas más altas coinciden con los meses más lluviosos, pudiendo alcanzar más de 42 grados en el oriente. La temporada seca se extiende de noviembre a mayo, con temperaturas que oscilan entre los 20 y 30 grados. Pero las lluvias y la temporada seca no son como en España, en Senegal cuando llueve lo hace sin parar, y en la temporada seca no cae ni una sola gota de agua.
Es curioso, si visitamos el país en época de lluvias, lo veremos todo verde, un gran vergel donde solo hay un color, el verde, y donde los gigantescos baobab tienen hojas y flores adornando la sabana. Por el contrario si lo visitamos en la época seca, nos parecerá que estamos en otro país diferente, los colores serán ocres y amarillos y los baobab estarán sin hojas, como aletargados, guardando de la evaporación hasta la última gota de agua.
EL BAOBAB.(Adansonia digitata)
Este árbol gigantesco, llega a medir hasta 15 metros de altura y 20 metros de circunferencia, merece dedicarle unas líneas.
El magestuoso baobab, árbol sagrado en toda África.
Según una leyenda africana, los dioses plantaron el árbol al revés. Y la verdad es que su aspecto, cuando no tiene hojas, sugiere eso, un árbol invertido, con las raíces hacia el cielo.
En casi toda África es considerado un árbol sagrado, bajo cuya sombra se reúnen los jefes de los poblados para debatir los quehaceres de la comunidad, se dictan sentencias, se marcan normas y hasta se vive; ya que cuando llegan a tener una cierta circunferencia se quedan huecos, dando la posibilidad de instalarse en su interior. Durante mucho tiempo la etnia Griot los utilizo para enterrar a sus muertos.
Es un árbol imprescindible para los habitantes de África. De sus frutos, llamados pan de monos, se elabora un zumo llamado buy, tiene un sabor ácido por lo que se le echa azúcar antes de tomarlo, es de un color leche amarillento La corteza de sus frutos con forma de calabaza se utiliza para hacer recipientes, que sirven para almacenar todo tipo de frutos, semillas y también panales de miel. De las hojas secas se hace una infusión que corta la diarrea, tan frecuente por estos lugares. El tronco tiene una madera muy fibrosa, que no sirve para trabajarla, pero es utilizada como combustible, ya que no existen cocinas de gas ni de ningún tipo.
En la temporada de lluvias, los troncos huecos, hacen de gigantescos aljibes donde acumulan miles de litros de agua. Y como no, también sirve para albergar a nuestros queridos enjambres de abejas Adansoni.
LAS ABEJAS AFRICANAS Y LA BIODIVERSIDAD.
Una de las principales preocupaciones de las autoridades medioambientales senegalesas, es enseñar a los apicultores, como poder coger la miel de las colmenas silvestres sin causar graves daños en los ecosistemas locales.
Las diferentes tribus de Senegal estaban acostumbradas a utilizar el fuego para extraer la miel de las colmenas silvestres. Una vez localizado el enjambre de abejas, generalmente en los troncos huecos de los árboles, procedían a hacer fuego para matar las abejas y así poder coger la miel sin problemas, ni picotazos.
Verdaderamente hay que comprobar in situ, la alta agresividad de la abeja africana (Adansoni). En nuestro recorrido por Senegal, en más de una ocasión, tuvimos que salir literalmente corriendo por los ataques de la abeja africana, y esto, pensando, que somos apicultores experimentados y que disponíamos de equipos apropiados para trabajar con las mismas.
Pero el problema no venía de la muerte de las abejas que componía el enjambre, era mucho más grave. Los incendios causados por estos métodos tan agresivos, arrasaban cientos de hectáreas de arbolados y sabanas, a veces, provocando incendios de difícil control. No olvidemos, que las épocas de recolección coinciden con la estación seca, en la cual los altos pastos arden con extraordinaria facilidad, debido a los vientos secos y constantes provenientes del desierto.
Las autoridades senegalesas rápidamente se dieron cuenta de los graves problemas, que el fuego utilizado para la extracción de miel de las colmenas silvestres, causaba en el medio rural.
Primero, por la destrucción y muerte de los enjambres de abejas, con lo cual la polinización de las plantas en las grandes sabanas del continente africano se veía comprometida. Segundo, los continuos incendios que asolan la sabana, muchos de ellos sin control, que en algunas ocasiones hacían peligrar poblados enteros. En nuestro recorrido por Senegal, también pudimos comprobar, como en casi todos los poblados, practicaban las quemas controladas alrededor de las zonas habitadas. Entre otras cosas, para salvaguardar sus pertenencias y chozas de los incendios incontrolados.
LOS MÁS POBRES.
Antes de que las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, se comprometieran en la enseñanza de nuevos métodos en el manejo y la explotación de los enjambres de abejas africanas, la mayoría de los apicultores que se dedicaban a la extracción de miel de las colmenas silvestres pertenecían a las clases más pobres y marginales .
Tronco con una colmena de abejas silvestres.
El trabajo:
Primero, búsqueda de los enjambres en terrenos inhóspitos y lejanos de las comunidades.
Segundo, gran laboriosidad en trepar a los árboles y en acondicionar el lugar para poder extraer la miel sin jugarse la vida en el intento.
Tercero, lucha continua con las abejas, ya desde la aproximación a la colmena, salen “zumbando” cuando te acercas a menos de 5 metros de ellas. Y según van “metiendo mano” en la colmena, la fiereza aumenta hasta límites insospechados.
Cuarta, si todavía siguen con vida, después de tanto picotazo, con un poco de suerte consiguen robarles unos panales y meterlos en una calabaza, que es el recipiente más utilizado para estos menesteres.
Quinta, volver sobre sus pasos a la aldea, cuanto más pese el cargamento, más contento.
Sexta, prensar toda esa amalgama obtenida: panales con miel, larvas, polen abejas. El resultado, una miel de muy baja calidad.
El atajo en el trabajo: lisa y llanamente utilizar el fuego, quemar las abejas y apoderarse de los pocos panales que se salven del fuego. El resultado, mieles de muy mala calidad, colmena y árbol destruido y en el peor de los casos un incendio que arrasa unas cuantas hectáreas de sabana.
PROGEDE.
Con los nuevos métodos de trabajo impartidos por el Programme de Gestión Durable et Participative des Energies Traditionnelles et de Substitution. Programa cofinanciado por el Banque Mondiale y el Goubernement du Sénégal.
Creando primero, en el año 2006 la MIELLERIE DE DIENOUDIALLA, donde participan 18 poblados y 120 apicultores y siguiendo con la formación de los apicultores en las propias aldeas, ya que el desplazamiento de estos al centro de formación era inviable, dada la situación de precariedad en la que se encuentran.
Uno de los principales logros obtenido con los cursos de formación impartidos, es la concientización de los apicultores para que no utilicen el fuego.
Además les están introduciendo en una sencilla técnica de manejo, que consiste, en utilizar las colmenas con dos orificios. Hasta ahora solo se utilizaba la colmena con una boca, lo que causaba la muerte irremediable de las abejas al quitarles la miel. Con las dos bocas, lo que se consigue es quitar la miel por el lado contrario al que entran las abejas. Cuando los apicultores ven que la colmena está llena de miel, quitan los panales hasta llegar a la cría, con este sencillo manejo, consiguen extraer la miel sin matar la colmena. Al finalizar, vuelven a tapar la boca, y las abejas poco a poco se van recuperando de la castra sufrida.
Los resultados obtenidos después de dos años de programa, son esperanzadores. Se están alcanzando rendimientos por colmena mucho más altos, y las mieles obtenidas son de mejor calidad. Las colmenas siguen vivas, consiguiendo extraer la miel durante varios años. Las perdidas de colmenas son mínimas y se evitan muchos fuegos.
Hay algo del programa que llama la atención, y es la forma de extraer la miel de los panales, en vez de introducir los extractores por fuerza centrífuga, siguen con los métodos de prensado de panales. Nos explican, que ven muy difícil poder utilizar los sistemas movilistas de colmenas, o sea, utilizar los marcos de madera para que las abejas hagan los panales en ellos y así poderlos utilizar varias veces. Los apicultores están acostumbrados a llevarse los panales de las colmenas y no volverlos a utilizar, sencillamente se saca la miel por prensado y con los restos, sobre todo cera, se hacen velas. Eso sí, las técnicas de prensado y las máquinas que se utilizan han mejorado mucho, además ahora se escogen los panales que solo tiene miel, dejando en la colmena los que tienen larvas de abejas.
Otra de sus aspiraciones es introducir la colmena del modelo Kenia, que es una transición entre las colmenas tradicionales y las modernas. Con estas colmenas se consiguen cosechas de 25 kilos de miel por temporada.
Los nuevos apicultores formados generalmente durante tres meses en sus propios poblados, tienen el deber de dejar una parte de la miel recolectada para el bien común de los integrantes del mismo. Los jefes, son los encargados de repartir después, la miel entre la gente.
Poco a poco se va avanzando y el programa de desarrollo comienza a dar sus frutos; solo en la región de Tambacounda se están recogiendo anualmente entre 15 y 20 toneladas de miel. El siguiente paso que están dando, es hacer un seguimiento de las mieles obtenidas analizándolas en laboratorios de Dakar. También hemos contribuido con los análisis, trayéndonos unas muestras hasta Europa, para analizarlas, y enviarles los resultados. De esta forma podrán testar las calidades obtenidas, para en un futuro próximo poder exportar al mercado europeo que tan exigente es en calidad y trazabilidad de los productos importados.
LAS COLMENAS TRADICIONALES.
Se pueden encontrar en Senegal principalmente tres tipos de colmenas:
- Las que están hechas con troncos huecos de árboles, sencillamente se buscaba un buen tronco hueco, se cortaba a machete y se tapaba por los dos lados.
- También utilizaban diversas plantas vegetales, principalmente giera de Senegal, combretum, rat, tejidas de forma cónica, y después forradas de barro.
- Y la última, solamente es planta vegetal tejida, también de forma cónica, pero de un grosor mayor y con la tapa también de plantas tejidas. Solo tiene una boca por donde abordar a las abejas. Esta colmena de poco peso y mucha consistencia es una de las más utilizadas, ya que se puede colgar con facilidad de los árboles.
Todas son colocadas en posición horizontal, según los apicultores senegaleses, la abeja africana prefiere las colmenas en posición horizontal, porque los enjambres entran más fácilmente. Y no olvidemos, que los enjambres silvestres son el único recurso para llenar sus colmenas.
LAS COLMENAS MODERNAS.
Principalmente son de tres tipos:
– La colmena Langstroth o perfección, por todos los apicultores conocida, con alzas enteras. Solo que en vez de 10 cuadros, llegan a meter en ellas hasta 12 cuadros.
– La colmena tipo Kenia, muy extendida por todo África, que es de desarrollo horizontal. Es muy parecida a la Layens española, pero formada con un trapecio irregular, los cuadros por arriba son más anchos que por abajo.
– Y una colmena hecha con hormigón, bastante gruesa y pesada por cierto, que también utilizan los apicultores senegaleses. Nos dicen, que es buena, ya que dura mucho tiempo y no se quema, tampoco es atacada por los animales. En la piquera tiene una serie de púas formando un peine, que impide la entrada de otros animales que no sean las abejas. En sus primeros días de uso, estas colmenas disponían de cuadros hechos de madera, pero con el paso del tiempo se perdieron.
TAMBACOUNDA.
Es una de las principales regiones apícolas del país.
Hay unos 400 poblados que disponen de colmenas y alrededor de 8oo apicultores.
El número de colmenas modernas (Langstroth) es de unas 300. Alrededor de 3000 son colmenas Kenia y el resto son colmenas tradicionales de los más diversos tipos, aunque predominan las hechas con fibras de vegetales trenzadas. Se estima que el número de colmenas tradicionales en esta región es de 15.000.
Para mantenerlas a salvo de los depredadores, principalmente reptiles, las colmenas se instalan siempre colgadas de árboles, formando grupos de tres o cuatro, en lugares poco frecuentados por las personas, no olvidemos que la abeja Adansoni es muy agresiva. Aún y tomando todas estas precauciones, se producen con cierta frecuencia ataques a los animales de pastoreo, principalmente vacas y cabras. De octubre a enero, que coincide con el final de la época de lluvias, es cuando las abejas senegalesas se dedican a enjambrar, y por lo tanto más cuidado hay que tener con los posibles ataques. Entre marzo y julio las colmenas se van llenando de miel, y por tanto, es la época en que los apicultores se dedican a extraerla creando también mucho peligro, para los que sin saberlo, tengan la desgracia de pasar cerca de una colmena “cortada”. Por lo tanto la temporada más tranquila para “todos”, coincide con la época de lluvias, que se extiende desde junio hasta octubre. En estos meses las abejas se dedican a descansar, y en las pocas horas que deja de llover, van aportando néctar y polen a la colmena; con lo que comienzan a criar la nueva prole, que servirá mas adelante para formar un gran enjambre que vuele en busca de su nueva casa.
Pero si bien es cierto que la abeja Adansoni es muy difícil de manejar, no es menos cierto que tiene una gran ventaja, y es que esta abeja no padece ninguna enfermedad de las que tantos problemas nos causan en la vieja Europa. Esta abeja convive con el ácaro varroa destructor, sin causar este, daños apreciables en las colonia. Las loques, micosis y otras enfermedades víricas, tampoco causan daños a estas abejas ni a sus larvas.
Sin embargo el cambio climático parece que también les está afectando, en el año 2006 hubo una gran sequía, que bajó los rendimientos por colmena de forma espectacular.
Las mieles que se obtienen en esta región son casi todas de un color obscuro, algunas casi negras. De los grandes árboles como el baobá o las ceibas, se obtienen mieles de colores obscuros, por el contrario de los pequeños arbustos y flores silvestres, se obtienen mieles de tonalidades más claras. Las acacias muy extendidas por toda la sábana, proporcionan una miel muy clara, casi transparente. En los manglares, que ocupan una basta extensión en el delta de Siné-Saloum, se obtienes mieles de dos tipos: la primera de una tonalidad amarilla y la segunda casi negra.
La producción de miel en este estado está por encima de las 50 toneladas
LA MIEL Y LOS SENEGALESES.
No olvidemos que Senegal es un país en su mayoría musulmán (90% de la población). En el Corán, el profeta Mahoma habla de la miel, y dice con toda claridad: que puede curar todas las enfermedades excepto la muerte. En el Corán hay una Sura que se llama “Las Abejas”. En ella, “Dios dice: sepan los hombres que en el vientre de las abejas se produce un líquido que sirve para curar”. Por esto, en todas las familias hay una botella de miel y es costumbre que antes de acostarse y antes de desayunar, todos los componentes de la familia tomen una cuchara pequeña.
La miel es el primer alimento y el último que un buen musulmán tiene que ingerir. También es costumbre que a los recién nacidos (senegaleses y musulmanes), cuando nacen y antes de mamar, les untan los labios con un poco de miel; o las mujeres se lo ponen en los pezones. Esto según sus creencias, permitirá que los bebes crezcan sanos y desarrollen rápidamente su inteligencia.
La miel es el primer alimento y el último que un buen musulmán tiene que ingerir. También es costumbre que a los recién nacidos (senegaleses y musulmanes), cuando nacen y antes de mamar, les untan los labios con un poco de miel; o las mujeres se lo ponen en los pezones. Esto según sus creencias, permitirá que los bebes crezcan sanos y desarrollen rápidamente su inteligencia.
La miel se comercializa como casi todo en África, en los grandes mercados que invaden las calles de los poblados y las ciudades. Las botellas de plástico que han contenido agua mineral, son las más utilizadas para envasar la miel. Generalmente utilizan el formato de litro y medio, pero también podemos encontrar botellas más pequeñas y algún que otro pequeño recipiente; también de plástico; pero siempre son recipientes reutilizados.
Los pequeños apicultores, que son la mayoría, también venden la miel en sus propias casas; a la gente de la aldea, familiares que llegan de las ciudades, etc. Lo que no consiguen vender en su entorno más cercano, lo venden en
puestos de los mercados, o lo entregan en la Miellerie de Dienoudialla que pertenece al PROGEDE. Este organismo oficial, se encarga de buscar nuevas vías de distribución y venta de las mieles, principalmente en Dakar, la capital. También están buscando la posibilidad de abrir nuevos mercados, principalmente países de Europa.
Los pequeños apicultores, que son la mayoría, también venden la miel en sus propias casas; a la gente de la aldea, familiares que llegan de las ciudades, etc. Lo que no consiguen vender en su entorno más cercano, lo venden en puestos de los mercados, o lo entregan en la Miellerie de Dienoudialla que pertenece al PROGEDE. Este organismo oficial, se encarga de buscar nuevas vías de distribución y venta de las mieles, principalmente en Dakar, la capital. También están buscando la posibilidad de abrir nuevos mercados, principalmente países de Europa.
El precio por el que se puede comprar una botella de miel de litro y medio en los mercados interiores, está entre los 1.300 y 2.000 francos cefas ( de 2 a 3 euros). En la capital, los precios son un poco más elevados, pudiendo llegar ha pagar 2.500 francos por la misma botella de litro y medio.
La miel es muy apreciada por los senegaleses, es utilizada para hacer toda clase de dulces y también se le otorgan poderes mágicos y sanadores. No es extraño encontrar en los mercados, la miel, junto a puestos que venden toda clase de abalorios, conjuros, amuletos y demás parafernalia que siempre rodea a todo buen africano.
Agustín Blanco de Domingo.
Hortigüela, febrero de 2009.
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