Las abejas obreras que aguantaron el duro invierno, empiezan a morir, acaban su vida muy lejos de la colmena. Cuando ven llegar sus últimos momentos, salen de la colmena y vuelan lejos hasta acabar sus fuerzas cayendo muertas. Nunca mueren dentro de la colmena, a no ser que sea por accidente o en los duros inviernos, por el frío.
La reina comienza a ponerse en forma, y si los aportes de néctar y polen son elevados, llega a poner 1000 huevos al día. Las larvas azuladas, con reflejos nacarados, acostadas sobre un lado, en el fondo de la celda llena de jalea, empiezan a llenar los panales. Abril, suele ser un mes muy inestable, las reservas de miel pueden bajar rápidamente dentro de la colmena, causando una hambruna en el enjambre, que de no remediarse puede llevarles a la muerte.